jueves, 18 de febrero de 2016

Historias de Pájaros.



"Yo veo las formas de mí mismo, como varios hombres transformándose eternamente" Libro de los Muertos, Antiguo Egipto.


Los pájaros, esas sutiles y frágiles criaturas que logran hacer algo imposible para nosotros: volar por sus propios medios; han sido siempre motivo de atención para nuestros antiguos ancestros.
¿Qué veis en un pájaro?
La libertad, pero más que eso. Vemos el alma. La liberación del alma que alcanza lo sublime. Un pájaro es el alma manifestada físicamente y exteriorizada por el único medio que tenemos como universo hecho conciencia que somos: nuestro aparato sensorial.
Por eso el pájaro también es muerte. La muerte de lo terrenal para hacerse esencia eterna. El mito del Ave Fénix explica con claridad este viaje repetido ad infinitum.
La muerte es la libertad a las ataduras de la carne y de los sentidos, es renunciar al mundo del demiurgo. Es hacerse pájaro y echarse al vuelo.

Esa noche escuché un pájaro, un pájaro que no cantaba. Reía y azotaba con furia sus alas contra su cuerpo. Me asusté, intenté ir a verlo, pero no estaba, se esfumaba. Sin embargo la risa y los aleteos seguían presentes.
Recordé al Tue-tué, el viejo mito del ave-brujo que anuncia la muerte y lo invité a cenar la noche siguiente. Dice la leyenda que hay que hacerlo para espantarlo y evitar que te lleve con él.
Al momento el oscuro animal dejó de molestar, sólo sentí un fuerte batir de alas que se alejaba. De nuevo me acerqué a la ventana para verlo, pero nada. Parecía como si los sonidos que escuchaba sólo estuviesen en mi cabeza (¿aparato sensorial?).
(Tu mente te está hablando de un pájaro. Escucha tu conciencia: hay mucho más tras la imagen o los sonidos).
A la noche siguiente yo esperaba al brujo a tomar el té, pero apareció mi hermano. ¡sí, mi hermano! ¿Es que acaso mi hermano era el brujo? No lo creo...
Bueno, hablamos de cosas triviales, nos reímos y nada... luego se retiró y nada... yo tampoco le comenté algo relacionado con el tema.
Hay cosas que quedan en la superstición. La diferencia está en creer o no. Yo creo que el pájaro fue sólo una alucinación noctámbula. Sí. Eso creo.


(Yo no lo creo. Yo creo que escuché a la muerte, a mi propia muerte, que me recordaba su presencia y cercanía. Tan cercana como la vida, lo banal y lo gracioso. Tan viva como la visita que recibí al otro día: Durante tu vida, jamás olvides a tu muerte, pues sino ella vendrá a recordartela).


: CREER ES CREAR.



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